jueves, 19 de marzo de 2009

El horizonte de U2



Escucho a U2 desde la adolescencia, pero no desde sus primeros discos. El primer contacto con la banda irlandesa fue con “The Joshua Tree”, ese disco fabuloso que arrancaba con un crescendo que siempre me hace pensar en la escena del comienzo de una película que comienze con la imagan de unos chicos que se acercan corriendo por la vereda.
Con mi hermano mayor teníamos un librito con las letras de Bono. Recuerdo que en su momento tenían cierto prestigio (al menos para nosotros). Ahora no me detengo en esa "dimensión poetica", pero al azar aparecen frases bien logradas como "a place you have believe, to be seen"
Los últimos discos que vienen sacando me gustaron. Ahora sacaron “No line on the horizon”. Hacen un hit con la capacidad de pegarte como un trago de tequila puro, como el tema Get on yor boots. No obstante en general el disco me parece sobrio. Se animan a experimentar arreglos que se salen del sonido clásico de la banda. Como siempre, logran composiciones que aunque no sean muy jugadas en lo que respecta a armonía (no usan acordes complejos por ejemplo), resultan bellas; a partir de recursos sencillos se construyen temas complejos donde cada músico hace lo necesario, lo óptimo, sin recurrir a virtuosismos. Del último disco me gusta tambien el ultimo tema que parece un cover de un tema de Sting. Disculpen, me hizo efecto el vino y hago asociaciones libres.
U2 ha logrado mantener su vigencia y creatividad durante tres decadas, lo cual no es poco para una banda de origen irlandés (o de cualquier origen).No conozco muchos grupos que sigan unidos sin modificación en sus componentes por tanto tiempo.
No hay necesidad de extenderse en fundamentar el hecho de que me gusten.

No me vengan con el fácil cinismo que suele despertar la corrección política de Bono!

Mariano

Clown de las palabras

jueves, 12 de marzo de 2009

Sigur Ros. Los Islandeses Colgados



Esta banda Islandesa hace una música muy colgada (algunos amantes de las etiquetas hablan de post rock, Shoegazing y minimalismo). Mucho clima con teclados temas tranquilos. En vez de hacer letras largas, en muchos temas usan una frase a la que repiten como una especie de mantra. Para tocar asi despacio y suave, se requiere sensibilidad y la capacidad de evitar la tentación ritmica a que te lleva el rock. Son
originales respecto a lo que circula por los lugares comunes del rock. Yo los descubrí porque Juana Molina los nombró en un reportaje.
Hay que estar en una predisposición de ánimo particular para escucharlos: Tomando un vino con una amiga y permaneciendo en silencio. La delicadeza de lo que hacen logra un efecto relajante. Por lo menos en mí. Bah, ahora me hacen acordar a una mina rayada que conocí - que los escuchaba - y quisiera olvidar, lo cual me arruina un poco el disfrute.


Mariano


Clown de las palabras

domingo, 8 de marzo de 2009

¿Quién quiere ser famoso?




Muchos de los que hemos incursionado en el rock desde la adolescencia pasamos por una etapa en que albergamos la fantasía de tener éxito: que cada vez nos siga más gente, que compren nuestros discos, tener a nuestro pies jóvenes groupies que nos adoren, salir en los medios, llenar estadios, vivir de la música, etc. Esta esperanza es el motor que mueve a muchos chicos a invertir todas sus energías en proyectos roqueros. A primera vista, esta fantasía parece tentadora y constituye una ambición estimulante. El éxito
Mi experiencia al respecto no duró mucho. Echando una mirada a los grupos de mi generación que alcanzaban estas metas de “gloria”, me di cuenta de que pocos de ellos hacían el tipo de rock que a mí me gustaba. Es notable ver en algunos grupos que arrancan con una ambición creativa y original, como se van acomodando a las formas que impone el gusto de las masas (que se inclinan por temas elementales con estribillos pegadizos). “¿Esto quiero para mí?” me pregunté afortunadamente al poco tiempo. Además está la necesaria exposición ante los medios masivos que te van convirtiendo en una especie de vedette o modelo publicitario (el Indio Solari dijo de los medios que jugaban con tu estado de ánimo)
Para ser famoso o exitoso, lugar al que raramente se llega, hay que haber nacido para ocupar ese lugar. Yo respeto a quienes se bancan el desgaste de la fama, pero a veces me resulta un poco graciosa (cuando no ridícula) la figura de rock star. Sobre todo el rock star argentino. El personaje de Capusotto “Pomelo” (buscar en you tube) ilustra bien esa sensación. Un rock star argentino resulta un poco ridículo como un Cantante de tango japonés exitoso (que los hay).
Pero esto no quiere decir que el rock nacional sea un género tonto o una mera versión subdesarrollada del rock anglosajón. Una mera parodia. No creo eso. Mi humilde opinión es que el rock es un espacio donde se puede expresar (quienes lo deseen) el deseo de crear, de vivir momentos intensos, de canalizar la rebelión (quienes lo busquen), de divertirse, de entretener.
Un roquero que quiera realizarse mediante el éxito, deberá estar preparado para pagar los precios y hacer las concesiones que los fenómenos masivos exigen.
Mejor que la fama, para mí, es la posibilidad de crear cosas auténticas, temas que reflejen los propios gustos. Hacer un rock que le guste al creador e interprete antes que nada.
Ahora bien. Si, por esas casualidades, viene una discográfica y te ofrece una valija de guita para que te conviertas en una especie de Chayane. No seas boludo, agarrá viaje que la cosa esta dura.

Mariano

Clown de las palabras

miércoles, 4 de marzo de 2009

Stevie Ray Vaughan. El cielo está llorando


Había una época en que yo escuchaba mucho Blues. El primer CD que me compré en la vida fue uno de Stevie Ray Vaugham, un guitarrista blusero que tocó en los años ochenta del siglo pasado. Bajo la fuerte influencia de Jimmy Hendrix, Stevie tocaba en un trío o en cuarteto. Quizás es, después de Hendrix, el guitarrista que lograba que su instrumento alcanzara la mayor variedad de frases y sonidos, alcanzara y expandiera los límites expresivos, dentro del lenguaje del Blues. Dicen que afinaba su guitarra un tono más abajo que lo convencional y usaba cuerdas gruesas. Esto quizás le permitía estirar al máximo las cuerdas (técnica característica del blues. Stevie sabía hacerle decir a una cuerda lo que él deseara) logrando sonoridades increíbles y aprovechar los recursos rítmicos (percusivos) y el ataque propio de las cuerdas “gruesas”. Tenía además una sensibilidad para lograr distintas intensidades, distintos climas dentro de un mismo tema. Hacía un uso austero de su velocidad en los dedos. Daba prioridad a las frases sutiles y el feeling, al manejo de los silencios y los creativos juegos rítmicos.
Se murió en un accidente de helicóptero en 1990, dejando algunos discos increíbles.
Para mí, y para todo aquel que disfruta del blues, es un referente indiscutido

Escuchen arriba cómo se toca un blues, alternando lo cantado con frases de guitarra que requieren sensibilidad, creatividad y un manejo del tiempo de una precisión impresionante.

Mariano

Clown de las Palabras