jueves, 13 de agosto de 2009

Sting 1era parte





Muchos que rondan los treinticinco (o más) años de edad, recuerdan la musica de la década de los ochenta con melancolía. Creen que el rock de aquel momento estaba buenísimo y se emocionan cuando escuchan un tema de Lionel Ritchie (ponele). Yo no digo que no haya habido cosas buenas en esos tiempos. Pero me da la impresión de que esa valoración de aquella música obedece a que nos acompaño en los años de juventud. La juventud siempre se añora y se sobrevalora.
A mi me gustan pocas cosas de esa época. Me parece que aquellas bandas estaban demasiado preocupadas por el marketing y las reglas que les impuso el nacimiento de MTV. Lo que no me parece mal, siempre que a las concesiones comerciales las acompañen fines netamente artísticos.
No me gustaba el sonido ochentoso, lleno de baterías electrónicas, exceso de teclados, cantantes-modelos, etc.
Pero por supuesto hubo excepciones en esos años. Músicos que, pese a estar obligados a adaptarse al circo mediático, se preocupaban por hacer buena música. Señalaré a uno que para mí es ejemplar en este sentido: Sting. Tanto la última etapa con The Police (la banda se separó en su apogeo), como su carrera solista.
Como solista, Sting, que podría haberse dedicado solo a llenarnos de hits, se reunió con músicos de jazz de primer nivel (varios habían tocado con Miles Davis, nada menos). El ex –líder de The police se esforzó por hacer una música rica, compleja, ambiciosa, que , no obstante, no resulta para nada aburrida. Había mucho de jazz en lo que hacía, pero como el mismo dijo “en el jazz, los musicos cuentan con muchos coros para hacer solos y pueden tomarse su tiempo. En el rock, en cambio tenés que arder desde el primer instante”
Sting ha sabido mantenerse vigente por que es un buen músico. No es solo un sex simbol que le vende fantasías a las cuarentonas con melodías y letras vulgares (“Señora de las cuatro décadas” ejem). Su música tiene muchas sutilezas y riqueza. Además sus letras son inteligentes “I cant make up the fire, the way that she could. I spend all my days, in the search for dry wood” (canta alguien abandonado en un tema de “Mercuri Falling”que es un disco de los 90, aclaro)

En los ochenta se comprometió con Amnesty International y muchas de sus letras tenían contenido político, pero sin caer en panfletos. La política, fuente inagotable de sentidos y emociones, puede ser convertida en belleza en manos de un buen artista.

Hay cosas de Sting que solo los músicos pueden valorar. Especialmente la capacidad de cantar fantásticamente a la vez que toca complejas bases con el bajo. Se llama “capacidad de disociación”, si mal no recuerdo. Es una cosa difícil, hay que ser buen músico para hacerlo.
A mi me gustan casi todos sus discos. Si alguien tuviera que empezar a escucharlo, el disco “Ten Summoners Tales” no está mal.

En la historia del rock hay artistas que resaltan. Que son imposibles de pasar por alto o ignorar. Lamentablemente muchos de ellos han muerto. Los muertos ganan respeto.
El prestigio y el éxito de Sting es admirable en este sentido, porque es un tipo que se los gana viviendo y dando ganas de vivir a los que lo seguimos. “Be yourself, no matter what they said”.

Mariano
Clown de las Palabras