miércoles, 28 de abril de 2010
Poetas
En mi adolescencia se me dio por escribir “poesía” (como una práctica íntima). Me consta que muchos jóvenes soñadores lo hacen. Después la vida me llevó por lecturas demasiado prosaicas que atrofiaron mi creatividad. Ahora todas mis palabras quieren ser eficaces más que bellas.
Un poeta entabla una relación con el mundo atrevida y noble. En el océano de información y “rigores” conceptuales, el poeta va a la deriva con su frágil botecito de metáforas, imágenes, tejiendo un discurso onírico y maravilloso.
En el rock frecuentemente se encuentra poesía. Spinetta y El Indio Solari están en la cúspide, según mi opinión. Son diferentes pero constituyen pilares del esfuerzo poético en las letras de las canciones.
Alguna vez le escuché a Bioy Casares, maestro de la prosa, decir que la verdadera literatura estaba en los versos.
Desde Rimbaud a Pizarnik, recorrí algunas páginas del género. Pocas. Las olvidé en su totalidad.
Dicen que en la antigua China los funcionarios debían acreditar competencia y destreza en los menesteres poéticos.
En nuestras sociedades esto sería irracional e irresponsable, por supuesto. Las realidades imponen otras prioridades. Pero sería triste -acaso peligroso- postergar o desacreditar la poesía en nombre de cosas más "urgentes".
Mariano
Payaso de las palabras
sábado, 24 de abril de 2010
Drexler
Jorge no hace rock…ok. Su obra se ganó mi respeto y admiración porque es un cantautor que puede llegar a mucho público con buen gusto, inteligencia y creatividad; sin caer en merzadas tipo Arjona.
Es un músico capaz de hacer cosas nuevas respetando el legado de la rica música Uruguaya. Puede utilizar la electrónica y todos los recursos de la tecnología de hoy. Sin embargo, parece un músico que es capaz de honrar la herencia de Zitarrosa (por ejemplo). La tecnología no le impone nada, permanece en carácter de herramienta.
Tiene muchas canciones que parecen aspirar a una “perfección”, donde la música y las letras se ajustan a reglas de armonía, rimas y métricas, respetando leyes y cánones, pero sin caer en lugares comunes.
Sus letras, a veces, sugieren una visión del mundo a través de metáforas y frases inteligentes “El mundo está como está por causas de las certezas/ la guerra y la vanidad comen en la misma mesa”
Su voz no cae en estridencias. Canta lo justo, como con cierta modestia, como pidiendo permiso. Toca con destreza la guitarra.
Yo lo descubrí mucho antes de que ganara el oscar por su canción “al otro lado del rio” de la peli “diarios de motocicleta”. Puedo decir que no me acerqué a él por moda.
Si el rock nos impidiera ampliar nuestra sensibilidad hacia otras expresiones musicales, sería un dogma castrador. El rock nació para abrir la mente.
Mariano
Payaso de las palabras
Seguidores
Quiero agradecer a la gente que sigue leyendo este blog que ya lleva un año y medio de existencia.
Me impresiona saber que muchos de los que me leen son de otros paises.
En particular, me tiene intrigado un seguidor que vive en Mountain Wiew, California, que hace mucho que me sigue.
Me gustaría que el tipo se comunique y me cuente porqué se interesa en mis cosas, viviendo tan lejos y en una cultura tan diferente.
saludos afectuosos a todos
Mariano
Me impresiona saber que muchos de los que me leen son de otros paises.
En particular, me tiene intrigado un seguidor que vive en Mountain Wiew, California, que hace mucho que me sigue.
Me gustaría que el tipo se comunique y me cuente porqué se interesa en mis cosas, viviendo tan lejos y en una cultura tan diferente.
saludos afectuosos a todos
Mariano
domingo, 18 de abril de 2010
Tener el blues
Hubo una epoca en que yo creía que el Blues era “lo más”. Era mediados de los noventa. Llegué a armar un trío (cero popularidad tuvo) que pretendía, a lo Cream o Manal, hacer canciones que se valieran de los códigos del blues.
Ahora el tiempo me hizo más abierto en cuanto a mis gustos. Sin embargo, me sigo emocionando con esos guitarristas que con pocas notas transmiten mucho, que estiran una cuerda y llegan al corazón, que priorizan el ritmo (el feeling) por sobre la complejidad armónica.
El blues es un género rico en leyendas. Al igual que el tango da testimonio de vidas sufrientes. “Tener el blues” es una idea misteriosa, un estado de la conciencia que pocos llegan a experimentar y tal vez se manifieste en esas guitarras gimientes de los bluseros.
Mariano
Payaso de las palabras
domingo, 11 de abril de 2010
Nobleza obliga
No estoy encerrado en los límites del rock. Hoy fui al Festival Internacional del Folklore y volví a ver tocar a una banda que es sin duda una de las mejores del género. Son músicos impresionantes que estudiaron en La Plata. Se trata de “Aca Seca”, un trío de folklore que yo conocí hace varios años. Re grosos. Imagínense que llegaron a grabar con Pedro Aznar…
Cuando veo algo que me parece excelente y bello siento la obligación de manifestarlo. Por ahí hay gente que no los conoce. Vale la pena.
jueves, 8 de abril de 2010
Paez y la confianza
Paez tituló su último disco con una exhortación que llega como una flecha al corazón: “Confiá”. Quizás una de las cosas más preciosas, positivas y necesarias en una sociedad es que se establezcan lazos de confianza. Sin ellos, no podrían establecerse otro tipo de relaciones necesarias para que la cosa funcione. Si tenés alguien en quien confiar, tenés un tesoro. Es por eso que la gente que traiciona o buchonea me resultan despreciables, aún (o especialmente) los que creen que con su comportamiento actúan en forma “justa”. También me parecen destructivos los discursos que siembran la idea de que todos en el mundo son cagadores: todos los políticos, todos los abogados, todos los profesores, hasta los familiares, etc. El que no cree en nadie se cree libre de ingenuidad: un “vivo” a toda prueba.
No es que yo recomiende la credulidad zonza, pero el cinismo absoluto no me resulta inteligente. El riesgo a ser traicionado siempre está.
Me arriesgo a decir que tanto el que sostiene que todo se rige por interes individual como el que cree que hay traiciones que se justifican en pos de “la justicia” constituyen dos caras de una misma moneda, aunque se crean diferentes, solo destruyen.
Fito Paez, en cambio, nos invita a confiar, a amar, a tejer, a apoyarse en el otro y dar apoyo. El disco no pretende ser “conceptual”. Mi torpe interpretación (o delirio) sostiene que Fito nos quizo decir algo de todos modos.
Paez sabe decir cosas y hacer buenas canciones. Yo confío en tipos como Fito.
Dedico el post a la gente en que confío y a los que confían en mí; especialmente a los que visitan el blog de vez en cuando, con fe en que van a encontrar algo que merezca un poco de atención. Disculpen si los vuelvo a desengañar
Mariano
Payaso de las palabras.
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