miércoles, 17 de noviembre de 2010
"Once I had a girl..."
Una vez conocí a una chica rara. Era joven, era bella a su manera (no se ajustaba a cánones de belleza instituidos), tenía muchos tatuajes, como una cruz invertida que significaba su rechazo a San Francisco de Asís, por predicar la pobreza y la castidad. No obstante, se declaraba “retirada en cuestiones eróticas”. “¿No perdés el deseo?” me preguntó una vez; y yo le dije que no era eso lo que me separaba de mi novia. Esta chica rara había leído Nieztche y creía entender el Zaratustra.
Ella me hizo escuchar dos cosas que yo desconocía: Una, el músico Eliott Smith, norteamericano de trágico final que entre otras cosas hizo una versión de la canción “Because” de los Beatles grabando todas las voces (la grabación se escucha al final de la película “Belleza Americana”) La otra cosa que me hizo conocer fue el grupo escocés Belle & Sebastian que anoche, para asombro de ellos mismos, llenaron el Luna Park ¿Juntarán tanta gente en su propio país?
Ambos ya conocíamos Sigur Ros
Con esta chica pasé un par de noches de vino y conversación. Se trataba de esas personas de espíritu retorcido e ideas osadas. Talvez creía haber logrado salirse de lo ordinario. Uno siente curiosidad ante personas un tanto excéntricas. Pero mi interés en ella se esfumó cuando descubrí que grababa en secreto nuestras charlas (una traición a la intimidad que me incomodó y me alejó)
No guardo rencor ni melancolía, pero me es imposible escuchar la música que mencioné sin evocar aquella chica rara y su pérfida indiscreción.
M.
Payaso de las palabras