jueves, 10 de septiembre de 2009
Queridos Rollingas
No soy fanático de los Rolling Stones. Pero me resulta increíble que sean un grupo que con unos 45 años de historia sigan tocando y desplegando tanta energía en los escenarios. Son la excepción a la regla de que el rock es una cosa de pendejos; y que una banda deba dejar de tocar cuando sus miembros cumplen los treinta.
No conozco todos los discos de los Stones, pero de los que escuché, el que más me gusta es Sticky Fingers. Tiene temas buenísimos, muchos de los cuales son clásicos de la banda como White Horses o Bitch (quizás éste último sea mi preferido).
Mi historia con ese disco se debe remontar a mi infancia, porque mi viejo tenía el Long Play. Ese que venía con bragueta con cierre relámpago en la tapa. Diseño de Andy Wharrol. A lo mejor yo tenía un año y me ponían Brown Sugar a todo volumen y yo saltaría en el corralito. De manera que puede haber una parte rollinga en mí que no desarrollé.
Al respecto, debo comentar que me cae simpática la subcultura de los "rollingas". Son gente que adopta una identidad fuerte a partir de bandas de rock . Identidad que es menos responsable de actos violentos que la que surge de equipos de futbol, por ejemplo.
Es gracioso ver a pibes y pibas de menos de veinte que idolatran a los Rolling (tipos que podrían ser sus abuelos) Con sus flequillitos, remeras negras, tomando cerveza,llendo a recitales, un poco rebeldes, etc. Son simpáticos. Encuentran en las bandas del palo una fuente de sentido.
El rock produce identidad. No se si esto es bueno o malo. Lo que sé es que hay identidades que provocan consecuencias mucho más jodidas.
Mariano
Clown de las palabras