lunes, 1 de diciembre de 2008
Spinetta en prosa
Escribir sobre Spinetta es (inevitablemente) un ejercicio banal y mundano. Al observar la complejidad de su persona, la riqueza de su obra, sentimos que cualquier intento de interpretación “racional” pone en evidencia los límites de la razón. Quizás los más indicados para referirse a ese artista sean un poeta o un pintor (yo no soy nada de eso). Spinetta y su obra conforman una estructura indescifrable, inasequible por el pensamiento.
Sin embargo, aventurándonos a escribir sobre él, señalaremos algunas características, valores éticos y estéticos que se desprenden de éste gran artista, aunque más no sea para subrayar su peso en la cultura de nuestro país.
En primer lugar, es un artista que goza de una legitimidad indiscutida. La autenticidad del flaco hay que buscarla en su obra. La gran mayoría de sus canciones no hacen la mínima concesión a “fórmulas vendibles”. Esto implica sostener que no es sólo los caminos de la independencia de las grandes discográficas o la consecuencia con una ideología lo que vuelve legítimo a un músico popular. En el flaco, la belleza que contienen sus canciones bastan para hacerlo merecedor de la categoría de gran artista. Tiene un prestigio que le sobra, que fue cosechado a fuerza de creatividad y talento. De canciones que solo hacen concesiones a la belleza. Un compositor autosuficiente que quizas, reclame para si , para todos, la libertad radical de expresarse de cada individuo. La condición sublime y soberana de la belleza.
Como es maravilloso para nuestro país haber tenido un Borges o un Piazolla, siento que deberíamos sentirnos orgullosos de tenerlo al Flaco.
En seguda instancia, mencionemos lo poco que intuimos de él como persona. Cuando uno lo ve dar una entrevista, habla con la humildad de un monje Zen mezclada con una austera picardía, aunque este diciendo cosas que enfrentan determinados funcionamientos del campo de la música (irritando talvez a los mercaderes) o de la sociedad (enfrentando al poder).Tiene una voz y una gestualidad que expresan una sensibilidad extrema, una aparente una fragilidad, para enfrentar el mundo. No obstante, si recorremos su vida desde temprano, nos damos cuenta que esa sensibilidad está sustentada por una energía creativa y expresiva, una fuerza interior, un aplomo, que hace que su vida artística sea aún vigente y prolífica. Además parece un buen tipo; amable, cariñoso y con un sentido del humor exquicito.
¿Acaso se le puede reprochar, en tanto público, que sus letras sean oscuras, que haya que hacer un gran esfuerzo para extraer sentido de las mismas? Uno podría decir que sus letras carecen de sentido, que son un conjunto de palabras que se conjugan y forman frases bellas. Como si la belleza estuviera en las palabras, solamente. Esto sería un juicio parcial e injusto (Dice un mito que están desarrollando una computadora mucho mas poderosa a las ahora existentes que es capaz de descifrar las metáforas de un par de temas del Flaco) Quizás haya recurrido al absurdo o al sinsentido en muchas de sus letras, sin embargo en ellas, un espectador lúcido e imaginativo puede reconocer metáforas, metonimias, múltiples sentidos, imagenes, matizes, diversidad en la intensidad y la forma de decir cantando. Aunque las metáforas estén alejadas de aquello que refieren, esto mismo las vuelven más eficaces, fuente de numerosas posibles interpretaciones. Significados que quizás no estaban en la intención del creador; pero una obra de arte compleja siempre expresa más de lo que su autor buscó al crearla. En el mismo sentido, la complejidad armónica y melódica de la mayoría de sus canciones las vuelven “difíciles de digerir” No están hechas para cautivar la exigencia de un mercado. Son el fruto de la voluntad de creación libre y compleja, “autentica” y exquicita. Son un desafío a la sensibilidad. Su obra casi carece de hits (a diferencia de muchos roqueros que recurren a las “recetas de composición” más vendibles).
Para los que, quizás con un paladar vulgar, disfrutamos de esa inyección de disfrute que producen los hits ( vale aclarar que no estamos en contra de los hits, pero reconozcamos que son una concesión al gusto masivo, con fines más comerciales que artísticos), esta característica del Flaco nos resulte un tanto “elitista”. Pero el desafío está en lograr un aprendizaje o entrenamiento del gusto que nos haga crecer como espectadores, que nos vuelva más abiertos e inteligentes. Quizas la “causa” Spinettiana consista en lograr que ese hermetismo nos ensanche los límites de la sensibilidad lo que, acaso, nos ayude a mirar de otra manera el mundo al que nos enfrentamos, siempre caótico. Se ha dicho por ahí que un “clasico” es alguien que nunca termina de decir lo que se propone. En este sentido, cada cancion de su obra nos dice algo nuevo al reescucharla.
Quisiera destacar algo que me gusta del Flaco. En muchas de sus declaraciones muestra su desprecio por el totalitarismo, por la imposición violenta de una forma de pensar y actuar determinada, como la ejercen los curas o los militares (el Flaco lo dice expresamente en el libro "Martropía"). Aunque su forma de expresarse no alcance la una manifiesta actitud libertaria (como el caso del Indio Solari, por ejemplo), la belleza y la complejidad de su obra lo ponen en un sitio que enfrenta el “fast food cultural” y demuestran su integridad para mantenerse inconforme frente al lado represivo de la sociedad. Por ejemplo, su reivindicación de personajes como Artaud, al quien consideraba ya hace tiempo una de las mentes más lúcidas de su época, lo ponen del lado de la crítica a la tiranía de las “normalidades” instituidas, y en la defensa de las “anormalidades” excluidas. Escuchesé el disco “Artaud”, cuyas composiciones son bellas demostraciones de libertad creativa, donde se nos alude al poeta mencionado pero también a su ensayo “Van Gogh, el suicidado por la sociedad” (los puentes amarillos aluden a ciertas obras de Van Gogh)las referencias al drama de Van Gogh desde la mirada de Artaud constituye una apuesta a una actitud que, rechazando los aspectos coercitivos de la sociedad, constituyen una defensa del derecho a la diferencia, una opcion es extrema por la libertad . Spinetta ya en los setenta tuvo esa actitud osada y valiente. Y esto lo hizo a través de caminos artísticos muy sutiles. No necesitó de consignas literales y obvias.
Hay otra prueba de su legítimo prestigio: ha tocado y toca con los mejores músicos populares (que mueren por tocar con él); y difícilmente sea cuestionado tanto desde géneros supuestamente “mayores” (como el jazz) ni por sus pares del rock. Debe ser el tipo más respetado en el mundo del rock.
Yo aprendí a admirar su arte tardíamente. Aunque en el caso de un clásico, nunca es tarde para acercarse a él. Porque nunca fue una moda pasajera. Siempre hizo, en mi opinión, lo que le dictaba su creatividad autónoma, experimental, sublime. Dentro de su gran discografía es difícil escoger “lo mejor”. Pero, para alguien que nunca lo ha escuchado, se puede empezar por el disco “estrelicia”, un disco en vivo acústico con bellisimas canciones. Para los más roqueros les recomiendo, en cambio, el primer disco de su banda “invisible” o alguno de “pescado rabioso”.
Una frase del Flaco”…el verdadero problema de cualquier creación artística sería que, si uno aplicara la puesta en escena moral que esencia es la lucha entre tiniebla y luz, entre muerte y vida, y quisiera que prevalezca una de ellas, la obra carecería de contraste. Rembrandt se moriría de hambre” (del libro “martropía”, que recomiendo a quienes quieran ahondar en el mundo del Flaco) No hay desdén por los valores en la obra de Spinetta, lo que sucede es que los elementos que surgen de la ética están al servicio de crear belleza. El bien y el mal por ejemplo aparecen juntos, porque la prevalencia de uno por sobre el otro le quitaría “contraste” (una metáfora de pintor) y echaría a perder el equilibrio que la pintura-canción requiere para brindarnos un espectáculo bello. Se podría sostener (muy esquemáticamente) que la ética se encuentra al servicio de la belleza. Esta ultima reclama soberanía y se atreve a reclamar un derecho a ser el fundamento profundo de la actividad del creador. Salvo unas pocas veces donde cree que es pertinente expresar mas claramente la realidad terrible que inspira la letra; como en la cancion "Bosnia"
No exagero si digo que Spinetta no sólo es el mejor artista de rock que tiene la Argentina, quizás es uno de los mejores que ha dado el mundo. En él hallo la Luz, una brújula estética que el rock quizás halla perdido hace tiempo.
Mariano
Payaso de las palabras.
PD: Cuando encuentre mejores palabras volveré sobre Spinetta.