domingo, 6 de diciembre de 2009

Un mañana



El viernes 4 de diciembre de 2009 seguramente ocupará un capítulo imprescindible en la historia del rock nacional. Esa noche Luis Alberto Spinetta - junto a otros músicos geniales- brindó más de cinco horas de belleza sublime.
Suele ocurrir, en los recitales largos, que llega un momento en que uno desea que termine. En mi caso, el viernes fue una de las noches más felices de mi vida. Disfruté cada minuto y, si El Flaco hubiera seguido tocando hasta el amanecer, yo me habría quedado hipnotizado, sin sentir frío ni apetito, como un asceta ante la divinidad.


Mariano

Payaso de las palabras