viernes, 7 de mayo de 2010

La sonrisa de Hendrix


Cuando pienso en la biografía de Jimmy Hendrix, me resuta terriblemente triste que alguien tan talentoso haya muerto tan pronto. Jimmy salió del under recién a mediados de los sesenta; el éxito como solista le llegó en el 67 y tras escribir unas de las mejores páginas de la historia del rock, murió en 1970 a los 27 años. Osea que vivió una “gloria” de apenas tres años y medio.

Muchos nos acercamos al rock entre otras cosas por la fascinación que nos produjo y nos sigue produciendo Hendrix.

Si algún músico de rock está leyendo esto le pregunto: si te dieran a elegir por un lado ser un grande como Jimmy durante esos tres años y pico de tu juventud y morir joven; y por otro lado, nunca salir del la mediocridad y el anonimato pero tener una larga vida sin muchos sufrimientos. ¿Qué elegirían?

Es un dilema hipotético y un tanto malicioso. En la vida real, ya saben, yo admiro a los que llegan a la excelencia y saben vivir. Mis ídolos en su mayoría no son mártires del rock. Quizás Jimmy sea la excepción. Era tan groso…

Elegí una foto en donde Jimmy sonríe. Tengo la idea que es mejor ver sonreír a los mártires, porque de esta forma parece como si te dijieran “no me tomes tan enserio, la cagué con esto de morir tan joven”.
Las imágenes de mátires con caras solemnes, en cambio, parecen apoyar la concepción de que siempre hay algo honroso en entregar la vida (como si cuidar la vida fuera algo “burgués”). En el caso de Jimmy, habría muerto por ser un artista que “entregaba todo” en lo que hacía, porque se atrevía a expandir los límites estéticos, etc.
Es una idea que tengo. Muy discutible, por supuesto. Díganme si me equivoco.


Mariano

Payaso de las palabras