viernes, 26 de diciembre de 2008

Nirvana. La furia, la risa y la tragedia




Primer momento Nirvana (dentro de una ficción)

“…Desperté vestido, sobre la cama revuelta. Era la madrugada de un domingo a eso de las tres de la mañana. No tenía sueño y los ecos de la ruptura con Cintia (que ya volvia a su forma humana) se sentían menos molestos que la contractura en mi cuello. Evalué mis alternativas de acción. No tenía un peso encima así que salir a tomar algo era una opción descartada, salvo que optara por una caminata sin consumo, a la “franciscana”. Para intentar seguir durmiendo busqué un alplax que mi vieja, que estaba en la casa de su novio, guardaba en el botiquín del baño. Ya no quedaban. La espera de la mañana sería larga. Probé con un libro que me habían prestado, una obra new age que hablaba de chacras y meditación. Lei un rato hasta que llegué a ese momento en que los párrafos pasan automáticamente sin que el contenido ingrese a la comprensión. Miré el equipo de música, estaba prendido todavía. Decidí probar con una FM. No recuerdo cual. Siempre me mantuve una tanto alejado de las modas musicales y rara vez escuchaba radio. Ajusté el dial hasta dar con una señal clara. Se escuchó la voz de un locutor joven. Sonaba entusiasmado y no tardó en presentar un tema. Algo sucedió que conquistó mi atención. Empezaron a sonar los acordes de “Smell like Teen Spirit” de Nirvana. Escuché el tema y me sacudió los sentidos como el vértigo de una montaña rusa. “Algo nuevo” pensé. Algo nuevo en el rock. Me cautivaron del tema esa brusca alternancia entre melodía suave y estribillo al palo gritado y distorsionado. La voz de Cobain además tenía un timbre tan adecuado al género como había sido la del cantante de Creedence, por ejemplo, años atrás. El tema era sencillo armónicamente pero sumamente original; me era imposible reconocer un antecedente. Los gritos de Cobain expresaban una liberación del alma, un espectacular derroche de furia. Cosas que solo el buen rock puede lograr. Sobre todo en un paladar como el mío que se había criado con el rock desde chico y que tardíamente había aprendido a valorar otros géneros como el jazz. Esa crudeza de Nirvana parecía despertar al rock de la “siestita de música de plastico” que las melodías dulzonas y prolijas de gran parte de los ochenta con sus baterías eléctricas y sus sintetizadores, habían impuesto, fuera de honrosas excepciones. Nirvana le devolvía al rock un espíritu desgarrador que nos exorcizaba, que liberaba los demonios que moraban las vísceras con una tremenda energía.
Para mí esto reforzaba mi obsesión con los tríos de Rock. Renovaba y daba vigencia al linaje de tríos que para mí había abierto Hendrix .Los locutores hablaban de “grunge”, una movida que provenía de la zona de Seattle en Estados Unidos. La radio volvió a pasar “Smell…” un par de veces. Yo me puse a pensar como sería una síntesis entre esto nuevo y mis influencias de la música negra..."

Segundo momento Nirvana:

Mediados de los noventa. Yo volvía de un viaje largo en un micro barato y malo. Ya no me quedaban posiciones que adoptar en el asiento en que no me sintiera incómodo. Era madrugada y el ómnibus paró en una estación, lo cual fue un alivio para las vejigas y la posibilidad de respirar un poco de aire fresco. Fuera de la estación había un puesto donde un vendedor exhibía toda clase de casetes truchos (era epoca de casetes y de walkmans, no existía el mundo del ipod ni el cd). Yo había permanecido al margen de la movida de bandas que se identificaban con la corriente “grunge”; siempre me resultaron indiferentes las modas. Sin embargo, de la mezcla de casetes que se ofrecían en el puestito, decidí comprar “in utero” de Nirvana. Al principio me impresionaron los rugidos exagerados de Cobain en el segundo tema “scentless..” y casi apago el walkman para no someter mis oidos a tanto tormento. Pero llegó “Heart-shaped box” y empecé a encontrarle la onda al grupo. Con el tema “rape me” descubrí que las letras debían ser oscuras y provocadoras:¿a quién le gritaría “violáme!”?
El disco me fue convenciendo de a poco. Me fui dejando cautivar por el sonido Nirvana, así como estaba pasando con gran parte de mi generación. Ese año conseguiría “Nevermind” que es quizás el mejor disco. Ese año moriría Cobain. La efimera carrera de nirvana dada la tragedia de Kurt le daban un toque de misterio al fenómeno, el atractivo morboso que envuelve a los mártires del rock.


Reflexión

En el video de un recital me di cuenta que el show estaba muy sostenido por el descontrol que generaba Cobain. Al final del show rompía todo lo que tenía alrededor, generando una tormenta de acoples de su guitarra, y miraba al público con ojos burlones como diciendo: “ustedes quieren esto; son adolescentes en busca de entretenimiento, tomen mi cuerpo”.
Por lo que supe, Cobain tenía una postura crítica respecto a la sociedad de consumo. Quizás eso era el origen de la contradicción que le daría un empujoncito a su naufragio personal. Nirvana en poco tiempo se convirtió en una de las bandas más populares de su época. No se puede estar en el ojo de la tormenta que genera la industria cultural y ser crítico de ello al mismo tiempo; o comulgás con el sistema, o sufrís las consecuencias. Su estética era muy provocadora, además de los gritos y la distorsión de la música, estaban las letras ácidas : “ god is gay, burn the flag” Es difícil sostener con el cuerpo una actitud así.
En su nota suicida Kurt decía algo al respecto: ya no creía en lo que hacía y no podía seguir asumiendo un rol que contradecía tanto los valores que lo habían motivado a crear una banda de rock.
Seguro que también actuaron las drogas y los excesos. Pero creo que Kurt sufría la falta de sentido de quien pretendía ser auténtico y a la vez se veía a si mismo en la condición de una mercancía para masas. Una de las mercancías sometida a la tormenta que genera el millonario negocio del rock. Quizás el éxito desmedido lo había empujado a la tragedia.
Creo que Nirvana fue una banda que logró algo original y bueno dentro del rock. Aunque no fueran virtuosos (Kurt cuando hacía solos de guitarra parecía un chimpancé ebrio), aunque duraran tan poco, etc. Tenían una creatividad que lograba cosas bellas con recursos sencillos.

en la foto estan serios. Pero solían tener una ironía que los alejaba de la solemnidad. Como cuando se vestian de mujer. El que heredó ese sentido del humor fue el baterista (los videos de Foo Figthers recurren a la parodia y el ridículo). Quizas tomarse a si mismo en broma es un antídoto contra los callejones sin salida de la existencia.¿Cuándo habrá perdido la sonrisa Kurt?

Mariano

Clown de las palabras